Salemata, 47 años, madre de 4 hijos. Es la directora del primer turno de mujeres y encargada de organizar los equipos de trabajo en la asociación Ragussi desde 1998. Entró en 1996, cuando todo empezó, siendo una de las primeras mujeres que se incorporó a la asociación. Se declara cristiana y también seguidora de la religión de sus ancestros. Sin estudios previos, se ha alfabetizado a través de los cursos que da la asociación a sus componentes. Como siempre, me recibe con una enorme sonrisa, y se ríe vergonzosa cuando le digo que me gustaría hacerle una pequeña entrevista.
-¿Que representa la asociación Ragussí para ti?
-Es mi independencia, la posibilidad de tener mis propios ingresos sin depender de mi marido, pero también de aportar dinero a la economía familiar y ayudar a mis hijos. Es un espacio donde soy yo misma, aquí no soy solo la mujer “de”, aquí soy Salemata, directora de equipos y parte de ellos, las chicas son mi segunda familia.
-¿Directora de equipos? ¡Menuda responsabilidad!
-Sí, no es sencillo organizar a las mujeres burkinabesas, todas tenemos obligaciones familiares, pero la dirección confía en mí y también las mujeres. Y me gusta porque hago algo útil y porque nos gusta compartir este tiempo entre nosotras, ayudarnos, hablar y por supuesto, trabajar!
-¿Y con la cooperación internacional, también te gusta trabajar?
-Sin la cooperación la asociación no habría llegado donde ha llegado. Seguramente seguiríamos aquí, empezamos sin ella, pero nos ha permitido crecer, tener espacios de trabajo dignos, producir más y mejor.
-Por aquí han pasado los suizos y los canadienses, y ahora nosotros. ¿Qué esperas de nuestra intervención?
-Con los suizos y canadienses pudimos desarrollar nuestra producción de manteca. Con la sala de producción de jabonería y el almacén podremos ampliar el negocio, ya que ahora producimos muy poco por falta de un espacio adecuado. Y podremos venderlo directamente nosotras gracias a las tiendas. Pero lo que más me gusta es que mejoraran nuestras condiciones de trabajo.
-¿Cómo crees que mejoraran?
-A parte de las instalaciones adecuadas, la guardería es muy importante, ahora los hijos de las chicas están todo el día corriendo por todas partes y es peligroso, con los fuegos y las máquinas. Y molestan cuando estamos en clase de formación o alfabetización, porqué quieren estar con sus madres, entran en el aula, lloran y la madre tiene que salir y se pierde parte de la clase.
El vallado del centro es muy importante para tener el certificado de producto biológico, ya que ahora entran los perros y las cabras y éstos podrían contaminar nuestra producción y estropear todo nuestro esfuerzo por conseguir un producto sin contaminantes. Los espacios a la sombra para poder trabajar fuera sin estar bajo el sol y los alojamientos también ayudaran mucho. Hay mujeres recolectoras que vienen a las formaciones desde muy lejos y tienen que quedarse a dormir en el centro, ahora duermen en los almacenes como pueden. ¡Un espacio donde alojarse será genial! Y por supuesto las duchas y los baños también vendrán muy y muy bien.
-¿Y el resto de alojamientos?
-Podremos alojar a los visitantes y turistas, y estos ingresos extras, podremos reinvertirlos en seguir mejorando el centro.
-¿Seguir mejorando? ¿Hasta dónde queréis llegar?
- Mmmm… no sé, mucho más, quiero que muchas más mujeres puedan entrar en la asociación y se beneficien de lo mismo que me he beneficiado yo. Ahora ya somos más de 1.200 mujeres en la asociación, y esto repercute sobre sus 1.200 hogares ¿Cuántos hijos pueden haber sido? ¿2.000, 3.000, 4.000? ¡Imagínate!
-¡Qué barbaridad!
-¿Te gusta como están quedando los edificios?
-Si ¡me encantan!
-Claro, no me dirás a mí que no te gustan, ¿no? Jajajaja…
-jajajaja… De verdad, de verdad, además de bonito, lo que nos contasteis de cómo funciona todo nos pareció muy práctico.
-¡Gracias! Y gracias por concederme este tiempo.
-No, gracias a vosotros por vuestro esfuerzo y por ayudarnos.