Nos recogen a las 08:00, a las 08:45 entramos en Tanghin-Dassouri. Avanzamos por una hermosa “avenida” de tierra flanqueada por verdes árboles centenarios. Al llegar frente al centro…
Horror! De los dos maravillosos árboles que teníamos en frente, sólo quedan los troncos, desnudos y pelados…
“¿¿¡¡Que ha pasado!!?? ¡¡Eran fantásticos!!
“Bien, bueeeno… mmmm… molestaban…”
“¡¡¿¿A quién!!??
Intentan explicármelo, pero sigo sin entenderlo. Y la cosa sigue: Una de las aulas que había que construir, ya se ha construido, donde les ha dado la santísima gana, con el financiamiento de una fundación francesa. Ahora, además, han decidido producir producto derivado de la manteca de Karité (jabones, cosméticos,…) pero claro, necesitan un espacio de producción… Sonríen y… “Quizás deberíamos modificar un poco lo que habíamos hablado…”
¿¿¡¡A que esperaban a decírnoslo!!?? ¿¡A que llegáramos a Ouaga!? Si, está claro… Pongo cara de no pasa nada, gran sonrisa comprensiva. Repaso mentalmente la matriz, objetivos, resultados, indicadores, actividades… creo que no será grave…
Llegan algunas de las mujeres que trabajan aquí, saludo en moré: “Ybeog kibare…” Rien, con risas enormes, les ha encantado, los blancos resultamos graciosos. Y pienso que no es verdad que sus sonrisas parezcan tan blancas por contraste con su piel, sino porqué sus sonrisas son tan grandes como sus penas… y dejo de pensar en los cambios.
Nos muestran el centro, su trabajo, la producción… Pasamos el resto del día comentando y repasando todos los aspectos del proyecto y empezamos a organizar-nos con la contraparte. Personal local, comité de gestión, planificación, toma de decisiones…
No hay comentarios:
Publicar un comentario